El Monasterio de San Juan de Duero, más conocido en Soria como “los arcos de San Juan de Duero”, se encuentra a las afueras de la ciudad, junto al río Duero. Nada más cruzar el puente sobre el río, debes girar a la izquierda. Y voilá, el imponente claustro medieval, junto con su austera iglesia te esperan para transportarte a otra época.

Al oeste, discurre el río Duero. Al norte, la carretera de Almajano. Al este, el Monte de las Ánimas y al Sur la carretera de Ágreda, que te llevará directamente hasta San Polo y San Saturio.
Ahora sólo nos quedan la iglesia y el claustro. Pero en su momento fue un importante cenobio con huertas, dependencias particulares para los monjes y albergue para peregrinos.
HISTORIA DE UNA HUMILDE IGLESIA:
Su importancia comienza cuando caballeros de la Orden de los Hospitalarios se instalan extramuros de la ciudad de Soria en una pequeña iglesia. Seguramente, su labor fue proteger esa parte de la ciudad de posibles invasiones y ofrecer hospedaje a caminantes y peregrinos.
Aquella pequeña iglesia que se encontraron los caballeros de la Orden de los Hospitalarios de San Juan de Acre, protectores de caminantes, peregrinos y desvalidos fue respetada y tan sólo le añadieron dos pequeños templetes.
La Orden de los Hospitalarios ocupó el Monasterio hasta el siglo XIV. Posteriormente el Monasterio continuó viviendo aunque sin mucho futuro. Aunque la iglesia todavía ofrecía culto, comenzó a abandonarse en el siglo XVII. Me figuro que acudirían pocos feligreses porque al final, en el siglo XVIII quedó totalmente abandonada.
No sé si tendría algo que ver la ermita de San Saturio con las ruinas de San Juan de Duero. Pero lo cierto es que durante el siglo XVII y principios del siglo XVIII, en la sierra de San Ana se construyó una fantástica iglesia de planta octogonal suspendida en la roca.

DURANTE EL SIGLO XIX SAN JUAN DE DUERO RENACE DE SUS CENIZAS:
Afortunadamente, el siglo XIX le dio una segunda oportunidad. Intelectuales de la época coincidieron en reconstruir el Monasterio y, con los datos que poseían consiguieron levantar de sus ruinas la iglesia y el claustro. Digo yo, que mucha piedra tuvieron que volver a fabricar, porque la gente más desfavorecida, acudiría a aquellos lugares donde hubiera piedra abandonada. Lo mismo en construcciones cercanas hay sillares propios del claustro.
Todo el trabajo que supuso la restauración de la iglesia y el claustro del Monasterio de San Juan de Duero, tuvo su recompensa y Nicolás Rabal, escritor de la época, nos lo cuenta. “El 25 de agosto de 1882, las ruinas de san Juan de Duero son declaradas Monumento Nacional por Real Orden. Así que, gracias a la iniciativa cultural de aquellas personalidades del siglo XIX podemos, puedes disfrutar de un entorno que, cuando menos, te cautivará con una paz interior difícil de explicar.

CÓMO VISITAR EL LUGAR:
Para poder conocer San Juan de Duero, lo primero que necesitas es tiempo. En el momento en que accedes al recinto, previo pago de la correspondiente entrada, te olvidarás de la noción del tiempo.
Desde mi punto de vista, lo mejor es empezar por el claustro y a continuación la iglesia. Y ni que decir tiene que, una vez dentro de la iglesia volverás a salir varias veces al claustro. Así que sí. Lo que necesitas es tiempo para disfrutar de tu visita a San Juan de Duero.

EL CLAUSTRO DE SAN JUAN DE DUERO:
Como para poder entrar en la iglesia hay que atravesar el claustro, éste será tu punto de partida.
Esta puerta, por la que accedes al claustro, tiene tres arquivoltas realizadas con sillares de piedra arenisca.
El claustro es un verdadero modelo decorativo.
Se compone de cuatro lados de arcos unidos por tres chaflanes porticados y un único ángulo.
A cada uno de los chaflanes y al ángulo confluyen dos medios lados de arquería iguales.
En este arte escultórico de filigranas sin fin, verás elementos geométricos, vegetales y cuadros historiados. Todo ello propio de la etapa románica durante la edad media. Y aunque el gótico no ha sido muy prolijo en la ciudad de Soria, aquí mismo, hay tres enterramientos de esa época.

LA IGLESIA DE SAN JUAN DE DUERO:
A continuación accede a la iglesia y saborea esta primitiva y desnuda iglesia. De ella destacan los dos capiteles del arco de triunfo que separa la nave del presbiterio. Estos capiteles se apoyan sobre medias columnas y están bellamente decorados con elementos vegetales, como hojas de acanto, palmetas o piñas.
Por cierto, no te olvides de la pequeña impronta de la Orden de los Hospitalarios. Pues, lejos de tirar y construir la iglesia a su gusto, la respetaron. Tan sólo añadieron dos templetes adosados a los muros norte y sur de la iglesia. Justo en la línea que separa la nave de la cabecera.
RESUMIENDO…
Pasearás por el claustro, entrarás a la iglesia, saldrás y volverás a entrar unas cuantas veces para poder comprender cómo una época sumida en constante guerra, pudo levantar un arte en compañía de toda cultura religiosa aquí asentada que perduró en el tiempo y todavía nos maravilla.
HORARIO:
APERTURA | HORARIO | PRECIO |
De martes a sábado | 10:00h-14:00h 16:00h-18:00h | 1€ Entrada gratuita: sábado y domingo |
Domingo | 10:00h-14:00h | |
Lunes y día 1 | Cerrado |
Estás de suerte si, como la mayoría de los mortales dispones del fin de semana porque no tendrás que pagar entrada. Pero ten cuidado si pretendes venir el día 1 de cualquier mes: ¡te lo encontrarás cerrado!
AGRADECIMIENTOS:

Para poder escribir este post me he basado en el libro “Guía de la iglesia y claustro de San Juan de Duero”. Los párrafos escritos en cursiva pertenecen a él. Y si hay alguien a quien hay que dar las gracias es a Adelia Díaz Díaz. Ella se encargó de escribir este maravilloso libro que fue publicado gracias a la colaboración de la Consejería de Cultura y Bienestar Social de la Junta de Castilla y León.
Merece la pena leerlo sin olvidarse de la introducción, de José Luis Argente.
Es un libro que al principio te puede desconcertar un poco, ya que comienza con la historia general de la Edad Media en la provincia de Soria. Sin embargo, en seguida se centra en San Juan de Duero; su historia, características arquitectónicas y detalles escultóricos. Y aunque no tengas grandes conocimientos de arte no te preocupes. Es un libro sencillo y muy bien explicado para que todos podamos disfrutar de las maravillas históricas, como San Juan de Duero, que nos rodean.